En estos momentos estoy sentado en mi cama a oscuras escuchando Saturate de Chemical Brothers. Me motiva mucho. No quiero hablar de trabajo. En dos días me desquiciaré de ello y es que ya todo me importa un pimiento. Pronto explotaré y asumiré las consecuencias.
Ayer terminé de leer el libro que tenía para terminar desde hace unos meses. Hoy he comenzado otro. He aparcado la acción y la intriga para unos meses y me he puesto con la economía. Extraña bastante, sí. Yo leyendo sobre economía. Cualquiera diría que no soy yo.
El libro lo compré el mes pasado en Barcelona. Camino de allí paramos en una área de servicio y lo ví allí sobre un montón lleno de libros. Me chocó la simplicidad de su portada, lo cogí y leí la primera frase de la tapa trasera.
¿Por qué pagas en Starbucks por una taza de café el triple de lo que pagarías en cualquier bar?
Yo siendo un enamorado del espíritu Starbucks no podía dejar pasar por alto ese libro. En ese momento no lo compré pero anoté su título y autor. Ya en Barcelona después del paseillo postmontaje nos quedamos en la terraza del café del Triangle, al otro lado del comienzo de la Rambla. Me vino a la mente esa mismta pregunta leída unas horas antes y recordando a la vez el Starbucks que está en esa misma zona, a unos 100 metros de donde estábamos. Con un "enseguida vuelvo" los dejé en la terraza y entré a la FNAC a comprar el libro.
Y ahora en cama he leído el primer capítulo de "El economista camuflado: la economía de las pequeñas cosas" (Tim Harford), y ya me ha enganchado. Mañana continuaré con él. Me da que este libro lo terminaré en un par de semanas.
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