Llevo algunos días sin escribir nada. No es por vagueza, simplemente me estoy tomando un descanso para mis cosas. Aunque tampoco tengo casi tiempo para ello. La jornada laboral no tiene descanso. Para recibir el nuevo año siempre empezamos con las Jornadas Orientativas de la UPV, La semana pasada en Gasteiz. Mañana en Donosti y la próxima semana (Carnaval) en Bilbao. Todo eso me consume un viernes entero de montaje y medio sábado de desmontaje (a partir de las 1500h).
Como podeis ver, no disfruto del tiempo que me queda después de trabajar. Me gustaría que la cosa cambiase y llevo bastante tiempo pensando en ello. Pero la cosa está difícil. Antes quisiera hablar con mi padre haber que le parece.
En los últimos dos días también he visto el documental A map for saturday de un joven mochilero que ha vivido por todo el mundo durante 350 días. Me ha calado hondo. Recomiendo que lo veais, sólo son 90 minutos. El haber visualizado dicho documental me ha demostrado que la vida actual que llevamos todos, basados en la rutina, el trabajo y demás no van a cambiar tu experiencia personal. Yo hace tiempo que me asqueé de ello.
Y eso lo escribo ahora, a las 0135h, 5 horas antes de que me despierta para sufrir en mis carnes una agotadora jornada laboral. Qué le voy a hacer si a estas horas no concilio el sueño y además no paro de sudar dentro de mi nórdico. Mañana será mañana. Ahora mismo no estoy pensando en las consecuencias de mañana por haber dormido poco. Todos los días igual. Me despierto poco espabilado porque apenas he dormido. Me digo a mi mismo "hoy iré pronto a la cama" pero no puedo. A falta de pocas horas para despertarme ni siquiera me he dormido. Parace ser parte más de la rutina.
Me despido de vosotros hasta mañana a la noche. Será entonces cuando habré llegado a casa.
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