9 de julio. Mi día fatal.

Hacía tiempo que quería escribir la siguiente historia pero hasta hoy no he encontrado el momento. Situémonos. Hace casi un cuatro semanas (9 de julio) jugábamos en la plaza el partido de cuartos de final frente a Witxu. No habíamos realizado un buena fase regular (3 victorias y 3 derrotas) pero gracias a otros resultados pudimos pasar a la siguiente ronda. Ya ese mismo lunes, 7 de julio, se había realizado los emparejamientos de cuartos y otro año más nos cruzábamos con los Witxu que nos la tenían reservada de cuando les eliminamos en semis hace tres años.

El caso era que para el miércoles estaba con ganas. Habíamos ganado un jugador más con el nuevo portero que fichamos jornadas atrás, Moha, un marroquí con aptitudes que incluso llegó a jugar con su selección partidos de fútbol sala. Le expulsaron por fumar porros. Es decir, que yo ya llevaba dos partidos jugando como jugador. Este año además los Witxu que hasta ahora solían sacar dos equipos, esta vez habían sacado uno algo más completito. Aún y todo no me asustaban.

Normalmente media hora antes del partido nos solemos cambiar y calentar bien para eludir lesiones. Esta vez no fue el caso.

Comenzábamos el partido Moha, Lasku y yo defensas y del medio sacaban Mozo y Sete. Sete tocó a Mozo y este retrasó a Lasku (banda izquierda). Lasku cambió a mi banda y tras visualizar un poco adelante devolví el balón a Lasku. Para entonces Sete había caído a la banda izquierda y la recibió de Lasku. De vuelta a Lasku, algo más centrado en defensa, intentó un pasé al medio a Mozo que la pedía. Yo ya estaba subiendo por la banda derecha. Mozo no controló y el balón algo rebotado y en el aire se acercaba al área contraria. Corríamos Orue (de Witxu) y yo a por el balón. No estaba seguro de quién iba a llegar antes al balón hasta que intuí de que yo no iba a ser y como el balón iba dando botes ya sabía que Orue me iba a hacer un sombrero. Exactamente lo hizo. Aún así pegué un pequeño salto y me giré lo justo para seguir con los ojos la trayectoria del balón. En ese momento apoyé el cuerpo en la rodilla izquierda mientras mi cabeza miraba en otra dirección. Escuché un fuerte ¡CLAC! y la sensación de que la rodilla se torcía hacie el exterior. Dios mío menudo dolor. Levanté la mano y di tres pasos hacia la banda para tirarme al suelo. El partido se paró y en ese momento fuí el centro de atención de toda la plaza. Sólo habían pasado 40 segundos de partido.

Apenas podía mover la pierna y sinceramente tampoco quería moverla. En seguida llamaron a la ambulancia y un espectador me hizo unas pequeñas pruebas para saber si tenía algún hueso roto. No era así. Mientras me relajaba y me traían hielos la gente me preguntaba si dolía o si podía mover algo...

No sé decir cuanto tiempo estube tumbado en el suelo pero me dijeron de que la ambulancia tardó 30 minutos. Llegaron los sanitarios, me presenté, me preguntaron que ocurrió y sin nada más me entablillaron la rodilla con una célula (creo que se llama así). Me subieron a la camilla y después a la ambulancia. Salimos de la plaza y me hicieron las primeras pruebas rutinarias. Tensión, respiración y demás. Urko era el que me iba a acompañar hasta Urgencias y mi hermana ya estaba avisada.

Urko tenía miedo de que sufriera la misma lesión que pasó él justamente el año pasado en el mismo torneo, una rotura de ligamentos cruzados. En la radiografía se confirmó de que no tenía ningún hueso roto. Después en la siguiente exploración manual y bastante cruel hacia mi persona me hablaron de ligamentos laterales. Tanto interno como externo. Llamé al trabajo y les conté lo que me pasó. Ya entonces me dijeron que tendría para rato. Y así estoy hasta ahora.

Desde ese día estoy de baja por una rotura parcial de ligamento interno y externo en la rodilla izquierda. Los dos primeros días lo pasé muy mal sin poder dormir ni nada. Ahora estoy mejor aunque la rodilla no me da mucho juego. Incluso no puedo estirar ni contraer la rodilla. Tengo un derrame interno (inflamación) que ya va a hacer un mes y parece que no tiene intención de bajar. Mañana tengo una resonancia magnética porque a veces es el centro de la rodilla el que me hace daño. Igual tengo algo del cruzado.  Ya veremos.

Por cierto, el partido de cuartos perdimos 3-2 y fallando ocasiones al final. Me enteré cuando volvía del hospital a casa. Me dió pena.

 

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