Menudo día el de hoy. Todo comenzó ayer con el partido de Champions entre el Chelsea y el Liverpool. Fue una derrota dura (3-2) con la que nos dejaron a las puertas de la final de Moscú.
Tras ver el partido con la cuadrilla nos fuimos a potear un poco y nos quedamos yo y Luis para ir a andar en bici esta mañana a Leitza. Yo tenía la intención de limpiar la bici que la tenía muy guarra justo esa mañana y al final quedamos para dar la vuelta.
Esta mañana a las 1000h y tras unos ajustes en la bici hemos emprendido la marcha. Nos quedaban por delante unos 25km de falso llano picando hacia arriba y muchos baches.
Por el camino ha comenzado mi odisea personal con la bici. El sillín no paraba de bajarse y acababa pedaleando con las rodillas mucho más arriba que mi cintura. Totalmente incómodo y mucho mayor esfuerzo el que tenían que hacer mis piernas. Me he parado para subirlo unas cuantas veces cada x kilómetros. No obstante seguía bajándose. He aguantado hasta la gasolinera de Leitza.
Allí hemos descansado unos minutos y repuesto fuerzas. Yo he pedido en la gasolinera algo de cinta para que la barra del sillín hiciera un tope y no se bajara. La idea ha funcionado bastante bien.
Hemos comenzado la bajada pedaleando bastante rápido y disfrutando con los charcos. A las primeras de cambio mi compañero de fatigas se ha caído por culpa de un patinazo en el barro. No ha tenido ninguna consecuencia. No diré lo mismo de mi posterior caída a mayor velocidad justa antes de pasar el poste del km 7.
Iba por delante y estábamos saliendo de un túnel. He visto un cosca bastante grande y un poco pelígrosa para la rueda si pasaba por ella. He saltado torciendo un pelín el manillar. Al apoyar la rueda delantera sobre las piedras esta ha resbalado y me he caído de frente frotándome con las piedras unos 4 metros. Me he quedado tirado en el suelo boca-arriba un rato intentando concentrarme donde me dolía más. Era el codo derecho el que había recibido el mayor golpe. Aún y todo lo que más me estaba jodiendo eran los raspazos que me había llevado en la palma de ambas manos. El de la izquierda era el mayor y el más feo. El mayor miedo que tenía era el no poder agarrar bien el manillar con las palmas rasgadas cuando todavía me quedaban 14 km.s de bajada constante llena de piedras y baches.
Al final he podido continuar y llegar bien hasta Andoain en donde hemos limpiado las bicis con la manguera de la gasolinera. Después quedaba el trecho de llegar hasta Villabona. Como odio ese tramo.
Ya en casa me he duchado y mi madre me ha hecho las curas de ambas manos y la del codo. Estas heridas me ha dejado en casa hoy y no he podido ir ni a Hernani ni a Andoain (Santrakruz-ak) tal y como tenía pensado. Menudo panorama que tengo este puente.
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