Más que una derrota esperada

Que bien me viene los fines de semana. El viernes jugué otro partido más con la cuadrilla para el Torneo de Fiestas. Sabíamos que nos iban a dar un repasillo pero al final no fue para tanto. De primeras no iba a jugar porque durante toda la semana no se me ha curado el dolor que tengo en el talón derecho. Pero como me pidieron que me pusiera portero, asumí el riesgo y jugué.

A los tres minutos nos marcaron el primer gol. A los seis el segundo. Y para entonces ya había el talón en la plaza y el insoportable dolor ya había aparecido. En ese momento marcamos nuestro golito y nos acomodamos mejor en el campo. Fue un espejismo que duró unos minutos en el que vinieron otros dos goles en contra. Antes de finalizar la primera parte ya perdíamos 4-1 y para colmo nuestro mejor jugador hasta el momento se había lesionado de gravedad. Se paró el partido y llamamos a la ambulancia. Era la rodilla que le había hecho ¡crack!. Todavía no sé la gravedad de su estado pero me asustó bastante.

La segunda parte cambió bastante. Les aguantábamos mejor, llegábamos más a su portería pero al contraataque nos hacían daño. Si no era la defensa era yo quien tenía que sacar los balones. Al final aguantamos el resultado que aunque sea una derrota, el golaverage nos puede valer.

Del viernes a ahora, domingo. El talón ha mejorado bastante y para el lunes, que tengo otro partido puede durar bien. Después del partido lo tendré mucho peor pero hasta el día 13 no vuelvo a tener partido y si durante la semana de trabajo no se me cura tendré que visitar al médico haber que me dice. No es normal lo que tengo en el talón.

 

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